Los Ejércitos nacen de las entrañas de su pueblo por voluntad expresa de sus componentes, quienes organizados en estado, precisan disponer de unos profesionales para su defensa fundamentalmente, es decir, para la guerra, pero que al mismo tiempo, contemplen un perfil ideal de conducta y honor, que constituya en la máxima garantía de seguridad para el estado-nación y de su propia existencia.
El uso de la fuerza armada, es ciencia y arte a la vez, un Ejército conformado por personal profesional en el empleo de las armas para hacer la guerra, se constituye en firme depositario de la pervivencia de la nación, el cumplir esta difícil misión, obliga a actuar practicando valores sublimes, con profundos principios filosóficos en la dinámica de ser un Ejército valeroso, ejemplo de virtudes morales, conformado por soldados cuyas conductas éticas sean merecedoras de dignidad y honor, una máxima ilustra estos concepto y dice :
“Un Ejército sin valores, sólo con la fuerza, es una horda”. (Gral. Carmelo Medrano Ejto. Español) |
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