Es el conjunto de ideas, actitudes, intereses, aspiraciones, ideales y tradiciones de una colectividad profesional, se manifiesta en la lealtad, orgullo y entusiasmo que muestran los miembros por su Unidad, aportando con sus acciones de manera positiva al logro de un fin común.
Es un estado mental y emocional de la organización que se logra cuando la totalidad o la mayoría de los individuos que la integran, están identificados con sus valores, intereses y objetivos, adoptándolos como propios, de tal manera que sientan orgullo y satisfacción por sus éxitos y renueven sus esfuerzos para superar sus fracasos.
El estado de ánimo de la Unidad es el alma común reflejado por todos los miembros de una Unidad que establece la solidaridad, la devoción, la leal identificación con todos sus valores y una profunda consideración por su honor, tradiciones e historia de la Unidad.
El espíritu de cuerpo es uno de los factores principales para alcanzar el éxito en conjunto, con un sólido espíritu de cuerpo se podrá alcanzar objetivos aparentemente insuperables, a través de demostraciones de valor, coraje, audacia y muchas otras virtudes que definirán el carácter optimista y la personalidad del Ejército como un todo.
El espíritu de cuerpo, hace que se compenetre el militar con los más altos intereses y aspiraciones de la patria, sustentando sus tradiciones y fortaleciendo su imagen de país digno y pujante.
La práctica consecuente del espíritu de cuerpo, consustanciará profundamente al hombre de armas con el ejército, adhiriéndose a su esfuerzo en la dinámica de constituir una institución de prestigio y orgullo.
El espíritu de cuerpo, hará posible que las unidades operativas, los Institutos Militares y demás reparticiones militares cumplan a cabalidad las órdenes y disposiciones que el mando emite para orientar de manera homogénea y unánime, hacia las metas que se propone alcanzar el ejército.
Es preciso inculcar en el soldado, enseñanzas útiles que le permitan tener una autoestima, capaz de emprender actitudes orientadas a tener un acrecentando ascendiente individual de cooperación.
El espíritu de cuerpo debe tener trascendencia hacia la sociedad, haciendo que el Ejército, participe con mayor dedicación y esfuerzo en las tareas de apoyo al desarrollo integral y se constituya en el soporte idóneo e irreemplazable en las tareas de defensa civil que lo identifique e integre, con la fe puesta en la realización de funciones del servicio desinteresado pero útil a su desarrollo.
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