lunes, 19 de agosto de 2013

VALOR MILITAR



Desde la antigüedad, el valor se mide por la posesión de aptitudes, principalmente físicas, las tecnologías de la guerra contemporánea no han minimizado este concepto, el valor militar, sigue valiendo para el soldado en el frente de batalla, porque ella se gana pisando tierra firme. Esta actitud de vida le permitirá entonces encontrar la fortaleza y la templanza capaz de hacerlo adentrarse en el seno del combate y ser imitado por el resto, despreciando al miedo e iniciando las empresas más arriesgadas en el cumplimiento de su deber.


Este valor hará que se defienda la causa de la patria, aún en las circunstancias más difíciles, cumpliendo la misión encomendada por la nación, con renunciación y menosprecio a la propia voluntad e inteligencia en aras de sus sagrados intereses.


La institución, necesita de soldados de una gran fortaleza física y anímica, que sólo la práctica constante del valor militar, hará posible afrontar con entereza, los peligros que entraña el cumplimiento de los deberes y obligaciones propios de un hombre de armas, tanto en tiempo de paz como de guerra.


La práctica de este valor, hará posible que el mando y el personal que conforma el Ejército, estén convencidos de ser líderes valerosos, fortalecidos para realizar las más grandes proezas de valor, rindiendo culto al coraje físico al realizar los actos más nobles de admiración para vencer cualquier adversidad.


En la guerra, es necesario imponer la fuerza para someter la voluntad del adversario, sólo el valor militar del que esté imbuido quien participe en las batallas, permitirá arriesgar su vida en su defensa, superando obstáculos, peligros y privaciones propias de la guerra.

PATRIOTISMO

 
 
 
 
Patriotismo significa amar a Bolivia, defender su soberanía, su integridad territorial, mantener su unidad nacional, la paz social, cumplir con el irrenunciable deber militar, honrar el solemne juramento de fidelidad a su Bandera y estar dispuesto a sacrificar la vida en su defensa. Se puede  resumir en la máxima que dice: "Primero Ama a tus padres y hermanos, más que a ellos a tu Patria y más que a tu Patria a Dios".
 
Es un sentimiento profundo que desde la perspectiva cosmológica, se entiende como la tierra de los padres, que liga a sus descendientes por lazos de sangre, por la memoria de sus héroes, sus tradiciones y el objetivo común de engrandecimiento y bienestar para quienes son sus hijos.
 
El Ejército, no sólo nació con ella, sino que a lo largo de la historia, siempre se ha identificado por el amor a su Patria, noble sentimiento que se materializa en el respeto a sus símbolos, tradiciones, instituciones y autoridades, por ello, es considerado como el valor que hace vivir plenamente el compromiso de engrandecerla como ciudadanos y fomentar el respeto que  se debe a la tierra que los viera nacer.
 
Como Ejército, debe cultivar este valor, inculcando el respeto y amor que se  le debe a la patria, mediante el trabajo honesto y la contribución personal e institucional al bienestar común y su engrandecimiento, aunque el ser patriota obligue a los mayores sacrificios, incluso hasta la entrega de la vida.
 
La patria debe vivir aunque  se tenga que morir, la patria está por encima del Ejército, para el militar el trabajar denodada mente en los rincones más recónditos de la geografía, es vocación de servicio a la patria en aras de defender y conservar su integridad territorial.
 
No habrá verdadero compromiso para con la patria si como Ejército, no se  hace carne del cumplimiento diario de los deberes y obligaciones propios del cargo, grado y función que se desempeña dentro como fuera del cuartel.
 
Se formarán verdaderos patriotas y futuros ciudadanos que la patria requiere, inculcando en los soldados, el cumplimiento del servicio militar para su seguridad, desechando los regionalismos, eliminando los conflictos internos y preservar la cohesión interna del país.
 
La protección de los más altos intereses de la patria, será el origen de la guerra, las batallas se nutren de los más grandes sacrificios, por ello, el soldado asumirá, desde su ingreso a las filas del ejército, el compromiso y la responsabilidad de prepararse con la única finalidad: de defender a su patria.

LIDERAZGO

 


El liderazgo es el conjunto de destrezas o habilidades que un individuo puede aprender y desarrollar, para dirigir un equipo u organización, involucrando a los miembros y delegando en ellos determinadas responsabilidades.


Existen diferentes estilos de liderazgos, los más comunes son: de inteligencia, superior, sindical, político, pastor, militar, etc., así como diferentes estilos de guiar que dependen de la habilidad o destreza de liderar y el objetivo que se proponga alcanzar.


El liderazgo, no debe confundirse con el poder y la autoridad ejercida por los sujetos que dirigen grupos u organizaciones, es un arte, una habilidad que motiva e incita a que los demás sujetos, decidan voluntariamente adherirse a las pautas dadas por el líder.


El liderazgo como valor militar, es aquella poderosa fuerza generada y controlada por el que Comanda, que inspira, motiva e impresiona a los subalternos, que genera fe en otros hombres, por lo que el líder es seguido e imitado espontáneamente. El liderazgo es una combinación especial de características personales y un estricto control de comportamiento, que permite generar mayor poder, potencial e influencia en una relación grupal, proporcionando gran habilidad en la toma de decisiones. Estimula las dimensiones materiales, estructurales, funcionales, ambientales y humanas de una institución militar. Impulsa a los subordinados a lograr objetivos en forma voluntaria y consciente, tanto en tiempo de paz como en guerra.


No se debe olvidar que ser Líder militar es:


 Aceptar que el grado no confiere privilegios, sino que trae responsabilidades.


Reconocer que requiere de una integridad personal para ser ejemplo



Gracias a un liderazgo de excelencia, los más altos intereses de la patria, nunca estarán en peligro de ser avasallados. Su práctica en el Ejército, incrementará su capacidad organizativa, consciente de las limitaciones en sus recursos, pero con personal idóneo, producto de una alta escuela de líderes. 


En un Ejército, concebido para la guerra, los superiores como los subordinados deben tener conciencia de la importancia del trabajo en equipo, donde los éxitos o fracasos de las operaciones, dependerá de la capacidad de liderazgo de sus conductores. 


La práctica constante, hará del comandante un líder con capacidad de análisis efectivo y oportuno para la toma de decisiones acertadas y conocedor de sus hombres, para emplear al más apto en la tarea adecuada para el éxito de la operación. 


Sólo el ejercicio de un liderazgo de excelencia, hará del mando una organización inteligente, con ambición y energía, honrado e íntegro, con una gran confianza en sí mismo, para llevar a nuestro Ejército al cumplimiento de su misión con éxito.



La práctica del liderazgo en los cuarteles, hará que los soldados desarrollen un gran sentido de responsabilidad, formándose hábitos de autodominio capaz de dirigir a un grupo humano.
 

LEALTAD



Considerada como Fidelidad, cumplimiento con nobleza y sin reservas de una obligación o de un pacto, actuar de buena fe, con rectitud en el proceder y en el hablar.

                                    
Es la disposición natural o adquirida que induce a cumplir los códigos de valores personales de ética y moral ante un contexto social, lo cual implica un estricto respeto sin restricciones a sí mismo y a los demás.


Lealtad es estar comprometidos fielmente con el Ejército, la traición es la negación de la lealtad, este valor en ocasiones es mal interpretado porque se distorsiona y se llega a entender como devoción inconmovible hacia la persona o determinada organización.


Este valor es fundamental, hace de la persona fiel, noble e incapaz de cometer cualquier traición o engaño, por eso se debe considerarlo como verdadero sostén de la fidelidad que nos debemos a la Constitución Política del Estado, al Ejercito Nacional, a la Unidad, a los camaradas, a los subalternos y a los integrantes de la familia militar.


Este valor es un legado imperecedero que los héroes han dejado, la práctica de este valor, que identificará con la patria, en la sagrada misión de defender su causa con fidelidad, si es posible con el sacrificio de la propia vida vidas.


En la vida militar, ser leal significa no fallar al compromiso de amistad, respeto y reconocimiento hacia las personas o instituciones, de ahí que en el ejército, la lealtad es recíproca, entre el superior y el subalterno, su principal característica es la de cohesionar al personal y a las unidades militares a través de la confianza depositada, esencial para el trabajo de conjunto.


Este valor hace que el mando sea depositario de la confianza, en que quienes conducen al ejército, son genuinos representantes de la institución, y actúan bajo principios de sinceridad, solidaridad y respeto, reflejando en sus decisiones el cumplimiento del deber y las necesidades de bienestar de su personal.


En el ejercicio de la profesión, permite desarrollar las labores en un marco de respeto mutuo, sinceridad, confianza, dignidad, franqueza y solidaridad.

La práctica de este valor permite una adecuada interrelación con los superiores, acatando sus órdenes, practicando todas las tareas con la mejor voluntad, apoyando con tesón sus resoluciones, dando parte con valentía en vez de proceder indignamente con críticas destructivas.

La lealtad es una constante entre camaradas, obliga a actuar con sinceridad, solidaridad y confianza, con muestras de accesibilidad, sin faltar a la fe o confianza depositada por éstos, evitando entorpecer sus ansias de superación y perfeccionamiento o desprestigiando su meritoria capacidad.

El culto a la lealtad, será la fuente fundamental de abnegación y valor en la guerra, permitirá compartir las vicisitudes de superior como de subordinado, sabiendo que se lucha por el inmenso amor a la patria.

JUSTICIA



La Justicia es la virtud de hacer lo justo y "dar a cada uno lo que le corresponde", esta definición básicamente afirma que la justicia es la virtud de cumplir y respetar el derecho, es exigir los derechos propios y otorgar los que corresponden a otros, requiere el reconocimiento y trato ecuánime y justo por otra persona u organismo.

En la justicia necesariamente debe estar inmersa la Equidad, su práctica permite ser justos y tratar a todas las personas por igual sin discriminación, arbitrariedad, prejuicios o parcialidad.

Se debe poner especial atención en la práctica de este valor, es quizás el valor que más fácilmente se lo puede vulnerar, ya que es muy difícil mantener el equilibrio necesario para impartir justicia, sin subjetividad, sin prejuicios y de manera imparcial, dando a cada uno lo que realmente se merece.

Es deber del Ejército, prodigar a su personal, ese sentimiento de rectitud y justicia que gobierna los actos para hacer de ellos, la norma de conducta, respetando ante todo los derechos de los demás.

La convicción de saber que el mando administra justicia con ecuanimidad, manifiesta la rectitud en el obrar del comandante y sus colaboradores, será un elemento fundamental para erradicar actos de injusticia motivando no sólo a la adhesión de sus miembros, sino su confianza y la seguridad de que sus derechos no serán nunca vulnerados, porque actúa bajo el principio de que la justicia siempre estará antes que el derecho.

Este valor será la garantía para que el personal del Ejército, actúe dentro de un marco de equilibrio y equidad, su práctica hará de sus miembros fieles respetuosos de las reglas y normas que regulan o limitan la realización de las diferentes acciones.

La práctica de este valor, obliga a todos los miembros del Ejército, militares y personal profesional de apoyo a reconocer y aceptar los logros de quien merecidamente se hace acreedor a un reconocimiento, en la interrelación con los demás y que se manifiesta actuando con equidad y honradez, teniendo la convicción de reconocer sus virtudes y señalándole con discreción sus debilidades.

Es imprescindible inculcar en los subordinados, consejos sabios sobre lo bueno y lo malo, enseñándoles que la justicia es evitar el abuso, las arbitrariedades, es reconocerlos méritos, es el saber decidir a quien le pertenece algo por derecho.
Producto de la práctica de la justicia en todos los actos, hará que la sociedad esté segura de que su Ejército, está conformado por individuos con una personalidad de carácter equilibrado con una actitud justa, ecuánime, serena e inalterable a la vez, desvirtuando la imagen de arrogancia y autoritarismo que tiene el militar.

INTEGRIDAD


Es la firme devoción por la honestidad, la sinceridad, el cumplimiento del deber y hacer lo correcto, comprende la voluntad para anteponer el deber antes que los beneficios personales, es ser fiel a las propias convicciones, atenerse a los principios, mantener un criterio independiente y desempeñar los deberes con imparcialidad.

Es la firme devoción por la honestidad, la sinceridad, el cumplimiento del deber y hacer lo correcto, comprende la voluntad para anteponer el deber antes que los beneficios personales, es ser fiel a las propias convicciones, atenerse a los principios, mantener un criterio independiente y desempeñar los deberes con imparcialidad.





La integridad conlleva ideas de unidad, amplitud, solidez y totalidad, es un cimiento poderoso que cohesiona las propias percepciones, actitudes y palabras en términos de honestidad y sinceridad, haciendo que se extienda hacia las organizaciones, la Patria y Dios.


Es un alto valor moral que debe caracterizar y practicar el militar, teniendo como meta el obrar con dignidad, justicia, responsabilidad y firme personalidad para evitar la corrupción, este valor, hace obrar al militar sujeto a restricciones profesionales razonables con ecuanimidad y altura.


La integridad es el valor ético fundamental por excelencia, cuando una persona es íntegra, es que practica el:


· Mantenerse fiel a las obligaciones adquiridas

· Ser sincero

· Ser honesto de palabra y de hecho y esperar lo mismo de los demás

· Aceptar la responsabilidad por nuestros actos

· Ser una persona moralmente correcta.


La integridad debe ser práctica constante en pensamiento, sentimiento y acción orientada hacia la patria, compartiendo sus ideales mediante una inalterable lealtad, fe en su porvenir y siendo consecuentes en todas las acciones a fin de satisfacer sus designios.


El cultivar este alto valor hará del militar una persona íntegra, con responsabilidad y madurez para defender el honor personal, la dignidad de la patria y la grandeza de su Ejército en toda circunstancia.


Predicar y actuar de acuerdo a los principios de la integridad, hará del soldado, una persona de pensar y sentir sin dobleces, sin cálculos de las probables consecuencias personales, de premios o castigos, sino con el pensamiento exclusivo de que se está actuando correcta y honestamente.


Este valor fielmente practicado, debe hacer del personal subordinado capaz de saber reclamar un derecho con altura, aceptar un error con hidalguía y acatar una sanción con valentía; la integridad será un escudo que le proteja de incurrir en fraude, mentira, corrupción y de todo acto deshonesto.


Si el militar es íntegro en la guerra, habrá unidad entre sus pensamientos y sus acciones, se tendrá el valor para afrontar las batallas con estoicismo y la convicción de que Dios, la conciencia y la ley protegen.

HONOR

 


Significa Gloria, es un valor que lleva al más exacto cumplimiento de los deberes respecto del prójimo y de cada uno, representa la dignidad misma en toda la extensión de la palabra.


Se debe evitar confundir el honor con la honra, el honor es una manifestación interna, está en el sujeto, en cambio, la honra es una manifestación que proviene del exterior, producto de la buena fama adquirida por la virtud y el mérito, ganado públicamente


El Honor es considerado como el Norte Moral, es la gloria o buena reputación por actos virtuosos, que llevan al cumplimiento de los deberes marcando la diferencia en el destino como militares dentro de la institución y la sociedad en su conjunto.


El honor induce a cumplir con el deber y a vivir con los valores del Ejército, constituye un Valor Militar de tal naturaleza que conduce, espontáneamente al soldado a estar dispuesto a perder la vida si fuera necesario, pero no su honra.


Ser honorable, es decir vivir con honor, es fundamentalmente un tema de actitud y no de aptitud, los hombres y mujeres de honor “no nacen, se hacen”. La idea de vivir con honor germina dentro de lo más profundo del ser, en un acto de reconocimiento y la estima de los demás por la nobleza de los actos.


Es necesario mantener siempre en alto la integridad nacional y el orgullo de ser bolivianos, el honor identifica con la patria, haciendo del militar protagonista de fortaleza material y espiritual para vencer las adversidades, coadyuvando a lograr los éxitos y triunfos en la paz y la guerra.


El ejercicio de la profesión, es una permanente búsqueda de cumplir la misión con la mayor efectividad y la realización de acciones impregnadas de nobleza ética, obliga a que el sentido del deber se convierta en un honor a tiempo de realizarlo.


El honor es patrimonio del alma, por ello la institución requiere que el mando, los superiores y subordinados, realicen acciones más allá de lo normal, que los hagan merecedores de estímulos que acrecienten su ego en la permanente búsqueda de su perfeccionamiento militar, incentivándoles a buscar ser personas dignas de los más altos merecimientos que otorga el Ejército a destacadas actuaciones en el cumplimiento del deber.


El honor es una convención estimada por los profesionales de las armas, presupone un comportamiento destacado entre sus miembros, hace que el tener un sitial de honor se constituya en una cualidad intrínseca de todos sus miembros, aumentando la efectividad en el cumplimiento de su misión.


Los valores éticos no son sólo buenas ideas con las que parecemos estar de acuerdo, sino que son principios que cimientan la vida y el desarrollo. La sociedad se beneficiará enormemente, el devolverle ciudadanos imbuidos de este noble valor, hará que sus vidas se desarrollen buscando alcanzar sus metas y objetivos como personas honorables,.


En la entrega incondicional a un fin supremo por la patria durante la guerra, hará que en los actos esté presente el honor y la honra del soldado boliviano haciéndolo merecedor de los más altos reconocimientos y honores como héroe.

RESPONSABILIDAD

 


Responsabilidad es toda obligación legalmente exigible, se manifiesta en la obligación moral de cumplimiento a lo que está obligada una persona por los preceptos morales y por las leyes o reglamentos, se constituye en un concepto valorativo, cuya acepción es más amplia a la de una simple obligación.

Permite que toda persona llegue a conocer y aceptar las consecuencias de un acto suyo, inteligente y libremente realizado, así como la relación de causalidad que une al autor con el hecho o acto, es exigible solo a partir de la libertad de conciencia y de una obligación que tiene una persona para realizarla.

Para la práctica de este valor, es necesario que exista una Ley o una norma reglamentaria por la que se pueda juzgar los hechos realizados y la libertad que hace que las acciones han de ser realizadas libremente, por ello el uso de la razón o capacidad de obrar es imprescindible.


Cultivar la responsabilidad en el Ejército, cimentará el compromiso leal y desinteresado que como soldados se tiene para con la institución y la patria, esa es la suprema motivación en el cumplimiento del deber, con la convicción profunda de saber que se está obrando el bien ante los ojos de Dios y el juicio de la propia conciencia.


La responsabilidad hace del personal del Ejército un hábito del cumplimiento de las leyes, órdenes, reglamentos, directivas y demás disposiciones acordes a las exigencias previstas para el grado, cargo y función, concienciándolos a asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante sus superiores o ante la misma institución.


El hombre de armas, responde de sus actos ante quien es capaz de dictarle normas, esto sólo puede hacerlo Dios, uno mismo a través de su conciencia y su Ejército. El hacerlo, requiere de un juicio sereno y el consejo oportuno en los momentos de necesidad.


La responsabilidad exige puntualidad, forma una personalidad con orden y eficacia en el cumplimiento de las funciones. El cultivar en plenitud este valor, hará del personal del Ejército individuos capaces de realizar más actividades, desempeñar mejor su trabajo y ser merecedores de confianza.


La práctica de la responsabilidad, debe sustanciarlos con la sociedad, obrando cuando sean requeridos, con actitudes que vayan más allá del cumplimiento estricto de sus obligaciones, es decir, cumplir con la mayor responsabilidad y diligencia, teniendo en cuenta que la premisa que guía sus actividades es: “para el militar no existe mayor satisfacción que la del deber cumplido”.

HONESTIDAD



Es un valor que obliga a la persona a ser auténtico, real, expresa respeto por uno mismo y por los demás, compromete a actuar con pudor y decencia. Hace de una persona honrada, razonable, moderada, incapaz de robar, defraudar o engañar, inculcándole el hábito de las acciones nobles dentro del marco de las buenas costumbres.





La honestidad consiste en tener la capacidad de decir la verdad, y en la auténtica justicia dar a cada quien lo que le corresponde. Este valor siembra confianza en uno mismo y en aquellos que están en contacto con la persona honesta.





La honestidad impregna la vida de confianza, de sinceridad y expresa la disposición de vivir a la luz de la verdad, evita que una persona sea un impostor, que actúe con hipocresía y falsedad.





Los soldados de la patria, son un instrumento del poder nacional, la honestidad hacia la institución, será el escudo que los líderes militares utilicen cuando el poder político, quiera utilizarnos fuera de los límites morales, legales y constitucionales.





En el desarrollo de sus funciones, la honestidad garantiza a quienes estén en función de mando, superar los conflictos que se presenten entre sus deberes personales y sus intereses particulares, buscando siempre el bienestar de su unidad.





Cultivar este valor hará del personal del Ejército, capaz de dar a conocer con veracidad los resultados de una determinada acción, buscar de manera objetiva, clara y justa sus metas pretendidas sin anteponer sus intereses personales, no engañará jamás a sus superiores, camaradas, subalternos ni a su familia.







La honestidad hará que la misión que le está encomendada al militar ya sea en tiempo de paz o de guerra, debe ser cumplida con la máxima eficiencia, objetividad e imparcialidad, con una conducta y proceder apegados a las leyes y normas más rigurosas de conducta personal e institucional.

DISCIPLINA

 


Es la observancia de las leyes y el ordenamiento de una profesión o institución, está relacionada con la obediencia jerárquica, origen de su importancia en una organización militar.


Es la acción administrativa dirigida a garantizar el cumplimiento de las normas de la organización, consiste en el entrenamiento que desarrolla el control propio, eficiencia, para aplicar la obediencia, comportamiento adecuado, inmerso en un sistema de reglas, que corrigen o castigan.


En el Ejército, tiene importancia trascendental, pues se la acepta como la piedra fundamental sobre la que está edificada la institución, en ella descansa toda la doctrina militar.


Con la disciplina el personal del Ejército como comunidad armada, acatará las órdenes y disposiciones haciendo de ella, la regla fundamental o modo de observar para hacer bien las cosas, consciente de que sus obligaciones y deberes son excepcionales e indispensables para que funcione la Institución.


El aspecto disciplinario en tiempo de paz y de guerra, es condición fundamental para el militar, es el engranaje insustituible de la acción individual y colectiva, debe eliminar toda ambición individual impertinente de destacarse en la paz y toda exaltación de alcanzar arbitrariamente gloria personal en el combate.


Inculcar disciplina al soldado, es hacer referencia al estado de orden y obediencia existente en el individuo y en el conjunto, que se manifiesta por la subordinación y el respeto en el cumplimiento de las órdenes, la adecuada conducta y la estricta observancia de las leyes y reglamentos del Ejército.


Este valor ha sido cultivado con pasión, pero es necesaria que esta práctica sea asumida en forma voluntaria y consciente, materializada en el cumplimiento de las órdenes, el respeto mutuo entre superiores y subordinados. Sin disciplina, no sería posible lograr que el Ejército, cumpla con la delicada misión que la patria le encomendó.



La disciplina hará que el personal del Ejército realice cualquier actividad sin presiones, ahí radica la importancia de este valor, hace respetuosos de observar las tradiciones militares, el culto a la verdad y la obediencia, esencia que identifica al buen militar.

ESPÍRITU DE CUERPO



Es el conjunto de ideas, actitudes, intereses, aspiraciones, ideales y tradiciones de una colectividad profesional, se manifiesta en la lealtad, orgullo y entusiasmo que muestran los miembros por su Unidad, aportando con sus acciones de manera positiva al logro de un fin común.





Es un estado mental y emocional de la organización que se logra cuando la totalidad o la mayoría de los individuos que la integran, están identificados con sus valores, intereses y objetivos, adoptándolos como propios, de tal manera que sientan orgullo y satisfacción por sus éxitos y renueven sus esfuerzos para superar sus fracasos.





El estado de ánimo de la Unidad es el alma común reflejado por todos los miembros de una Unidad que establece la solidaridad, la devoción, la leal identificación con todos sus valores y una profunda consideración por su honor, tradiciones e historia de la Unidad.





El espíritu de cuerpo es uno de los factores principales para alcanzar el éxito en conjunto, con un sólido espíritu de cuerpo se podrá alcanzar objetivos aparentemente insuperables, a través de demostraciones de valor, coraje, audacia y muchas otras virtudes que definirán el carácter optimista y la personalidad del Ejército como un todo.





El espíritu de cuerpo, hace que se compenetre el militar con los más altos intereses y aspiraciones de la patria, sustentando sus tradiciones y fortaleciendo su imagen de país digno y pujante.





La práctica consecuente del espíritu de cuerpo, consustanciará profundamente al hombre de armas con el ejército, adhiriéndose a su esfuerzo en la dinámica de constituir una institución de prestigio y orgullo.





El espíritu de cuerpo, hará posible que las unidades operativas, los Institutos Militares y demás reparticiones militares cumplan a cabalidad las órdenes y disposiciones que el mando emite para orientar de manera homogénea y unánime, hacia las metas que se propone alcanzar el ejército.





Es preciso inculcar en el soldado, enseñanzas útiles que le permitan tener una autoestima, capaz de emprender actitudes orientadas a tener un acrecentando ascendiente individual de cooperación.







El espíritu de cuerpo debe tener trascendencia hacia la sociedad, haciendo que el Ejército, participe con mayor dedicación y esfuerzo en las tareas de apoyo al desarrollo integral y se constituya en el soporte idóneo e irreemplazable en las tareas de defensa civil que lo identifique e integre, con la fe puesta en la realización de funciones del servicio desinteresado pero útil a su desarrollo.

GENERALIDADES



Los Ejércitos nacen de las entrañas de su pueblo por voluntad expresa de sus componentes, quienes organizados en estado, precisan disponer de unos profesionales para su defensa fundamentalmente, es decir, para la guerra, pero que al mismo tiempo, contemplen un perfil ideal de conducta y honor, que constituya en la máxima garantía de seguridad para el estado-nación y de su propia existencia.



El uso de la fuerza armada, es ciencia y arte a la vez, un Ejército conformado por personal profesional en el empleo de las armas para hacer la guerra, se constituye en firme depositario de la pervivencia de la nación, el cumplir esta difícil misión, obliga a actuar practicando valores sublimes, con profundos principios filosóficos en la dinámica de ser un Ejército valeroso, ejemplo de virtudes morales, conformado por soldados cuyas conductas éticas sean merecedoras de dignidad y honor, una máxima ilustra estos concepto y dice :

“Un Ejército sin valores, sólo con la fuerza, es una horda”.
(Gral. Carmelo Medrano Ejto. Español)