lunes, 19 de agosto de 2013

VALOR MILITAR



Desde la antigüedad, el valor se mide por la posesión de aptitudes, principalmente físicas, las tecnologías de la guerra contemporánea no han minimizado este concepto, el valor militar, sigue valiendo para el soldado en el frente de batalla, porque ella se gana pisando tierra firme. Esta actitud de vida le permitirá entonces encontrar la fortaleza y la templanza capaz de hacerlo adentrarse en el seno del combate y ser imitado por el resto, despreciando al miedo e iniciando las empresas más arriesgadas en el cumplimiento de su deber.


Este valor hará que se defienda la causa de la patria, aún en las circunstancias más difíciles, cumpliendo la misión encomendada por la nación, con renunciación y menosprecio a la propia voluntad e inteligencia en aras de sus sagrados intereses.


La institución, necesita de soldados de una gran fortaleza física y anímica, que sólo la práctica constante del valor militar, hará posible afrontar con entereza, los peligros que entraña el cumplimiento de los deberes y obligaciones propios de un hombre de armas, tanto en tiempo de paz como de guerra.


La práctica de este valor, hará posible que el mando y el personal que conforma el Ejército, estén convencidos de ser líderes valerosos, fortalecidos para realizar las más grandes proezas de valor, rindiendo culto al coraje físico al realizar los actos más nobles de admiración para vencer cualquier adversidad.


En la guerra, es necesario imponer la fuerza para someter la voluntad del adversario, sólo el valor militar del que esté imbuido quien participe en las batallas, permitirá arriesgar su vida en su defensa, superando obstáculos, peligros y privaciones propias de la guerra.

PATRIOTISMO

 
 
 
 
Patriotismo significa amar a Bolivia, defender su soberanía, su integridad territorial, mantener su unidad nacional, la paz social, cumplir con el irrenunciable deber militar, honrar el solemne juramento de fidelidad a su Bandera y estar dispuesto a sacrificar la vida en su defensa. Se puede  resumir en la máxima que dice: "Primero Ama a tus padres y hermanos, más que a ellos a tu Patria y más que a tu Patria a Dios".
 
Es un sentimiento profundo que desde la perspectiva cosmológica, se entiende como la tierra de los padres, que liga a sus descendientes por lazos de sangre, por la memoria de sus héroes, sus tradiciones y el objetivo común de engrandecimiento y bienestar para quienes son sus hijos.
 
El Ejército, no sólo nació con ella, sino que a lo largo de la historia, siempre se ha identificado por el amor a su Patria, noble sentimiento que se materializa en el respeto a sus símbolos, tradiciones, instituciones y autoridades, por ello, es considerado como el valor que hace vivir plenamente el compromiso de engrandecerla como ciudadanos y fomentar el respeto que  se debe a la tierra que los viera nacer.
 
Como Ejército, debe cultivar este valor, inculcando el respeto y amor que se  le debe a la patria, mediante el trabajo honesto y la contribución personal e institucional al bienestar común y su engrandecimiento, aunque el ser patriota obligue a los mayores sacrificios, incluso hasta la entrega de la vida.
 
La patria debe vivir aunque  se tenga que morir, la patria está por encima del Ejército, para el militar el trabajar denodada mente en los rincones más recónditos de la geografía, es vocación de servicio a la patria en aras de defender y conservar su integridad territorial.
 
No habrá verdadero compromiso para con la patria si como Ejército, no se  hace carne del cumplimiento diario de los deberes y obligaciones propios del cargo, grado y función que se desempeña dentro como fuera del cuartel.
 
Se formarán verdaderos patriotas y futuros ciudadanos que la patria requiere, inculcando en los soldados, el cumplimiento del servicio militar para su seguridad, desechando los regionalismos, eliminando los conflictos internos y preservar la cohesión interna del país.
 
La protección de los más altos intereses de la patria, será el origen de la guerra, las batallas se nutren de los más grandes sacrificios, por ello, el soldado asumirá, desde su ingreso a las filas del ejército, el compromiso y la responsabilidad de prepararse con la única finalidad: de defender a su patria.

LIDERAZGO

 


El liderazgo es el conjunto de destrezas o habilidades que un individuo puede aprender y desarrollar, para dirigir un equipo u organización, involucrando a los miembros y delegando en ellos determinadas responsabilidades.


Existen diferentes estilos de liderazgos, los más comunes son: de inteligencia, superior, sindical, político, pastor, militar, etc., así como diferentes estilos de guiar que dependen de la habilidad o destreza de liderar y el objetivo que se proponga alcanzar.


El liderazgo, no debe confundirse con el poder y la autoridad ejercida por los sujetos que dirigen grupos u organizaciones, es un arte, una habilidad que motiva e incita a que los demás sujetos, decidan voluntariamente adherirse a las pautas dadas por el líder.


El liderazgo como valor militar, es aquella poderosa fuerza generada y controlada por el que Comanda, que inspira, motiva e impresiona a los subalternos, que genera fe en otros hombres, por lo que el líder es seguido e imitado espontáneamente. El liderazgo es una combinación especial de características personales y un estricto control de comportamiento, que permite generar mayor poder, potencial e influencia en una relación grupal, proporcionando gran habilidad en la toma de decisiones. Estimula las dimensiones materiales, estructurales, funcionales, ambientales y humanas de una institución militar. Impulsa a los subordinados a lograr objetivos en forma voluntaria y consciente, tanto en tiempo de paz como en guerra.


No se debe olvidar que ser Líder militar es:


 Aceptar que el grado no confiere privilegios, sino que trae responsabilidades.


Reconocer que requiere de una integridad personal para ser ejemplo



Gracias a un liderazgo de excelencia, los más altos intereses de la patria, nunca estarán en peligro de ser avasallados. Su práctica en el Ejército, incrementará su capacidad organizativa, consciente de las limitaciones en sus recursos, pero con personal idóneo, producto de una alta escuela de líderes. 


En un Ejército, concebido para la guerra, los superiores como los subordinados deben tener conciencia de la importancia del trabajo en equipo, donde los éxitos o fracasos de las operaciones, dependerá de la capacidad de liderazgo de sus conductores. 


La práctica constante, hará del comandante un líder con capacidad de análisis efectivo y oportuno para la toma de decisiones acertadas y conocedor de sus hombres, para emplear al más apto en la tarea adecuada para el éxito de la operación. 


Sólo el ejercicio de un liderazgo de excelencia, hará del mando una organización inteligente, con ambición y energía, honrado e íntegro, con una gran confianza en sí mismo, para llevar a nuestro Ejército al cumplimiento de su misión con éxito.



La práctica del liderazgo en los cuarteles, hará que los soldados desarrollen un gran sentido de responsabilidad, formándose hábitos de autodominio capaz de dirigir a un grupo humano.
 

LEALTAD



Considerada como Fidelidad, cumplimiento con nobleza y sin reservas de una obligación o de un pacto, actuar de buena fe, con rectitud en el proceder y en el hablar.

                                    
Es la disposición natural o adquirida que induce a cumplir los códigos de valores personales de ética y moral ante un contexto social, lo cual implica un estricto respeto sin restricciones a sí mismo y a los demás.


Lealtad es estar comprometidos fielmente con el Ejército, la traición es la negación de la lealtad, este valor en ocasiones es mal interpretado porque se distorsiona y se llega a entender como devoción inconmovible hacia la persona o determinada organización.


Este valor es fundamental, hace de la persona fiel, noble e incapaz de cometer cualquier traición o engaño, por eso se debe considerarlo como verdadero sostén de la fidelidad que nos debemos a la Constitución Política del Estado, al Ejercito Nacional, a la Unidad, a los camaradas, a los subalternos y a los integrantes de la familia militar.


Este valor es un legado imperecedero que los héroes han dejado, la práctica de este valor, que identificará con la patria, en la sagrada misión de defender su causa con fidelidad, si es posible con el sacrificio de la propia vida vidas.


En la vida militar, ser leal significa no fallar al compromiso de amistad, respeto y reconocimiento hacia las personas o instituciones, de ahí que en el ejército, la lealtad es recíproca, entre el superior y el subalterno, su principal característica es la de cohesionar al personal y a las unidades militares a través de la confianza depositada, esencial para el trabajo de conjunto.


Este valor hace que el mando sea depositario de la confianza, en que quienes conducen al ejército, son genuinos representantes de la institución, y actúan bajo principios de sinceridad, solidaridad y respeto, reflejando en sus decisiones el cumplimiento del deber y las necesidades de bienestar de su personal.


En el ejercicio de la profesión, permite desarrollar las labores en un marco de respeto mutuo, sinceridad, confianza, dignidad, franqueza y solidaridad.

La práctica de este valor permite una adecuada interrelación con los superiores, acatando sus órdenes, practicando todas las tareas con la mejor voluntad, apoyando con tesón sus resoluciones, dando parte con valentía en vez de proceder indignamente con críticas destructivas.

La lealtad es una constante entre camaradas, obliga a actuar con sinceridad, solidaridad y confianza, con muestras de accesibilidad, sin faltar a la fe o confianza depositada por éstos, evitando entorpecer sus ansias de superación y perfeccionamiento o desprestigiando su meritoria capacidad.

El culto a la lealtad, será la fuente fundamental de abnegación y valor en la guerra, permitirá compartir las vicisitudes de superior como de subordinado, sabiendo que se lucha por el inmenso amor a la patria.